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jueves, 10 de septiembre de 2020

HOMENAJE AL GRAN INICIADO

 




Como parte de la corriente progresista de su época y sosteniendo los más hermosos ideales del humanismo, San Martín fue un fiel representante del iluminismo.

Más atrás en la historia, San Martín había sido tildado de "traidor a la Patria" por Bernardino Rivadavia y Julián Álvarez quien, en ese entonces, dirigía la Gaceta de Buenos Aires. De esas contradicciones de la historia y los olvidos de algunos relevantes datos es que, hacemos llegar estas palabras en conmemoración de quien consideramos nuestro Gran Iniciado.

Desde su muerte, el 17 de agosto de 1850, y durante once años, el cuerpo embalsamado de José de San Martín descansó en una de las capillas de Notre-Dame de Boulogne. En 1861, cuando los Balcarce San Martín se mudaron a Brunoy, en las afueras de París, la hija del prócer resolvió llevar con ellos el féretro de su padre para que fuera ubicado en la bóveda de la familia. Comenzó a plantearse la posibilidad del traslado de los restos a la Argentina, cumpliendo con su voluntad póstuma, ya que en su testamento había expresado: "Desearía que mi corazón fuese depositado en el de Buenos Aires".

José Francisco de San Martín (1778-1850) fue iniciado en 1808, en la Logia Integridad N° 7 de Cádiz, siendo venerable de la misma su superior, el General Solano, marqués del Socorro, de quien era edecán. Más tarde se afilió a la Logia Caballeros Racionales N° 3, en la que ese mismo año fue exaltado al grado de maestro.

El 14 de septiembre de 1811, se embarcó en un buque inglés con destino a Londres. Uno de sus primeros pasos fue concurrir a la casa de Francisco de Miranda en Grafton Street. En ese domicilio funcionaba la Logia Gran Reunión Americana, donde San Martín y Matías Zapiola fueron promovidos al quinto grado filosófico de la Masonería. Allí conocieron a numerosos americanos residentes. Después de 1811, fue uno de los fundadores de la Logia Caballeros Racionales N° 7, cuya veneratura ejerció Alvear. También mantuvo contacto con prominentes masones ingleses, conociendo los planes del escocés Thomas Maitland y su grupo parlamentario, encabezado por Sir James MacKintosh, partidario de la independencia americana, amigo a su vez de Thomas Alexander Cochrane, que sería el almirante de la flota cuasi británica que cubrió, desde el Pacífico, el avance de San Martín, desde Chile a Perú.

Dijo el historiador chileno Benjamín Vicuña Mackenna: "El General San Martín trajo en 1812 a la revolución americana los dos elementos más poderosos que desarrollaron su genio y con los cuales al fin la hizo triunfar, a saber: las sociedades secretas y la estrategia”.

El lunes 9 de marzo de 1812, San Martín desembarcó en Buenos Aires. El gobierno superior provisional le otorgó el grado de teniente coronel de Caballería, nombrándolo comandante del Escuadrón de Granaderos que habría de organizarse.

Mientras se ocupaba de su faena militar, San Martín tomaba contacto con los masones de Buenos Aires, en especial con Julián Baltasar Álvarez, de la Logia Independencia. Junto a Zapiola y Alvear levantaron el "triángulo" de la Logia Lautaro N° 1. La integrarán los masones iniciados en Cádiz y en Londres: Anchoris, Guido, Zufriátegui y Malther. Después ingresarían Cornelio Saavedra, Manuel Belgrano, Bernardo de Monteagudo, Manuel de Anchorena, Julián Álvarez, Manuel Pinto y otros. A comienzos del año siguiente, la logia contaba ya con 55 miembros.

Como organización, utilizaban el simbolismo y transmitían los ideales de la masonería, pero actuaban con un fin preciso y muy claro.

El 25 de febrero de 1878, centenario del nacimiento del prócer, se realizó un tedeum en la Catedral porteña que concluyó con la colocación de la piedra fundamental del mausoleo donde descansarían los restos, encargado al escultor francés Auguste Carrier Belleuse. Avellaneda, Mitre, Quintana y el obispo Aneiros, entre otros, participaron del acto simbólico colocando mezcla en la obra con una cuchara de plata.

El 21 de abril de 1880, el ataúd fue transportado de Brunoy a París, donde se lo cargó en un tren especial rumbo al puerto de El Havre. Una vez en la ciudad portuaria, lo depositaron en forma transitoria en la Catedral, antes de embarcarlo en el Villarino, un buque de guerra que había sido encargado a un astillero británico.

El Villarino soltó amarras el 22 de abril y arribó a Montevideo el 20 de mayo. Fue recibido con una salva de 21 cañonazos. Una carroza tirada por seis caballos llevó el féretro a la Catedral, cubierto por las banderas de Uruguay, Chile, Perú y Argentina. Cuando partió por la tarde, la banda militar uruguaya ejecutó el Himno Nacional Argentino, mientras que desde el Villarino, los músicos argentinos interpretaron la canción patria de Uruguay.

Durante una semana, el buque se mantuvo en la costa de Catalinas, escoltado por decenas de buques de la Armada. El 28 de mayo tuvo lugar la ceremonia principal. Los integrantes de la Comisión de Repatriación colocaron la bandera del Ejército de los Andes sobre el ataúd, más dos coronas: una con palmas de Yapeyú y otra con gajos del pino de San Lorenzo. El cajón, depositado en un bote fúnebre, fue desembarcado en las costas de Retiro. La bienvenida estuvo a cargo del ex presidente Sarmiento, otro ilustre masón que llegó a ocupar el cargo de Gran Maestro de la Masonería Argentina.

El féretro fue escoltado hasta el monumento del Libertador, en Plaza San Martín. Luego de un emocionante discurso del presidente Avellaneda, fue colocado en una carroza fúnebre. El cortejo marchó por la calle Florida hasta la Plaza de Mayo y fue depositado en la nave central de la Catedral Metropolitana.

La Masonería Argentina, recuerda con emoción la obra del Hermano José de San Martín, su Gran Iniciado, paradigma de virtudes éticas y morales que son propias de nuestra Institución y que fueran practicadas en su vida civil y militar.

Logia Estrella del Sud nº 25,

de la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones 

Triángulo Callvumalen

de la Gran Logia Femenina de Argentina

Azul, agosto de 2020


Nota de Enrique Rodríguez


Desde que llega a Bruselas en 1825, el Libertador goza de la simpatía pública y del reconocimiento de la masonería que le tributa homenaje por su actuación en la Revolución americana. La logia Parfaite Amitié manda hacer en su honor una medalla con el grabador Jean Henri Simon que le pide a San Martín que pose al natural. Esta pieza es el único retrato de perfil fidedigno que hay del prócer.


https://emacibotti.wordpress.com/2013/08/15/san-martin-en-belgica-hermano-mason-ii/



Como dato interesante, la medalla lleva el año 5.825 y no el vulgar, lo que implica otra prueba de su filiación a la Masonería.

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