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jueves, 17 de septiembre de 2015

BRILLANTE CEREMONIA DE RECONOCIMIENTO CONYUGAL MASONICO EN EL AZUL DE 1904

Por la claridad de los mismos, transcribiré parcialmente los conceptos que al respecto se encuentran publicados en el blog de la Logia "Honor y lealtad" de Lima (Perú), el cual puede consultarse en la siguiente dirección web:
http://logiahonorylealtad.blogspot.com.ar/2013/12/reconocimiento-conyugal-masonico.html

"Hay que resaltar que esta ceremonia no debe llamarse por ningún motivo "Matrimonio Masónico " o “Boda Masónica”...ésta celebración no constituye, en ningún grado, una boda, ya que ésta práctica compete exclusivamente a las instituciones civiles y religiosas .
Por lo tanto, un Reconocimiento Conyugal Masónico tiene como único objeto que algún miembro del Taller presente a su nueva esposa al resto de la Membresía, con el objeto de que éstos ofrezcan de manera fraternal su apoyo incondicional al cónyuge para auxiliarla en los casos necesarios, refrendando así uno de los postulados más altos de la Orden: el amor fraternal. Esta ceremonia es también tan antigua como la misma Orden

El reconocimiento conyugal tiene un carácter eminentemente moral y filosófico...Aquí el masón y su cónyuge, se complacen en ratificar ante sus HH:. Masones el contrato de fidelidad y unión reciprocas que han firmado antes, de acuerdo a las leyes del país o preceptos o credos religiosos ya que sin este acto previo y anterior, no podrá darse el reconocimiento masónico. La enseñanza moral que reciben los cónyuges en esta ceremonia tiene un gran alcance social."

El mérito de haber hallado en los periódicos de nuestro terruño azuleño la noticia de una ceremonia de este tipo corresponde al Dr. Alberto Sarramone, quien la publicara en su tantas veces citada obra "Historia del Antiguo Pago del Azul". (pp.267/268). Debe destacarse que este autor fue el primero en publicar "in extenso" datos sobre la historía de la masonería local, un tema largamente soslayado por sus antecesores azuleños.
Y a su curiosidad debo seguramente la motivación que me llevara a profundizar el tema y finalmente a publicar este blog.

Yendo de lleno al apasionante tema que nos ocupa, diré que los periódicos locales trataron profusamente del mismo, dado lo novedoso de la ceremonia y la importancia social que revistaban los contrayentes.
Así, en su edición del 23 de diciembre de 1904, el periódico "El Pueblo" publicaba el siguiente anuncio:

Un casamiento masónico.
Su significado y trascendencia.
Música y discursos.
Detalles interesantes.


"Mañana a las 8 p.m. se verificará en los salones de la Sociedad Filantrópica, la ceremonia prescrita por el ritual masónico para suscribir el acta de reconocimiento conyugal masónico. El señor Leopoldo Marchisio, miembro de la Logia Estrella del Sud, contraerá enlace con la señorita María Piazza, hija de padres masones, ante el Venerable de la Logia, dignatarios de la misma, delegados del Gran Oriente de la Capital y de las personas que se han invitado.
Con el deseo de anticipar a nuestros lectores algunos detalles relacionados con esta ceremonia que por primera vez se verificará en el Azul, nos dirijimos (sic.) ayer a dos distinguidos afiliados a la masonería, institución cuya influencia progresista se ha dejado sentir en todos los países civilizados.
El matrimonio masónico, no se contenta con reclamar de los cónyuges la mutua fidelidad: prescribe también la educación esmerada de los hijos, encaminándolos por el amplio sendero de la verdad, de la justicia, del altruismo, en el más lato sentido.
Si bien la masonería, hace caso omiso a las creencias religiosas que pudieran sustentar sus adeptos, su acción fecunda, tiende resueltamente hacia el liberalismo. El dogma, la fe ciega, el fanatismo oscuro y tenebroso, quedan proscritos enteramente de su seno, donde jamas se debaten las creencias íntimas, bajo ningún punto de vista.
Al salón donde tendrá lugar el acto, profusamente iluminado, entrarán primero los invitados, después los miembros de la logia, los novios, los delegados del Gran Oriente Argentino (si es que vienen) y por último el Venerable que preside la ceremonia. Acompañan al Venerable, el maestro de ceremonias, el gran experto, los dos vice presidentes, el portaestandarte, el porta espada y varios otros dignatarios.
Todos los miembros de la Logia deben llevar traje negro, chaleco y corbata blancas y las insignias que se les haya conferido.
La orquesta tocará la marcha nupcial de Mendhelson, al comienzo del acto, después del Himno Masónico de Mozart, el Himno de Reconocimiento Conyugal (al firmarse el acta) y cinco o seis piezas mas, que se tienen elejidas (sic.). La parte de canto ha sido suprimida por la carencia de elementos para desempeñarla.
El discurso de práctica estará a cargo de uno de los principales afiliados de la Logia y versará sobre los deberes conyugales, y muy especialmente sobre la educación de los hijos. Con tal motivo tenemos entendido que se hará una concienzuda exposición de enseñanzas útiles y nobles concejos (sic), con ribetes de conferencia. Enseguida de este discurso que llamaremos oficial, si desean hacerlo, pueden tomar la palabra otros miembros.
Después de la ceremonia que durará como hora y media, se obsequiará a la concurrencia con refrescos, etc.
Los miembros dirijentes (sic.) de la Logia, se han visto en la necesidad de limitar el número de las invitaciones que se han solicitado en cantidad considerable.
No se permitirá el acceso al local de la Filantrópica, sin previa presentación de la invitación correspondiente."

Corresponde aclarar que en ese momento, José Leopoldo Marchisio se desempeñaba como Primer Diácono de "La Estrella del Sud", mientras que María Piazza era la hija de Lorenzo Piazza, quien ejerció varios cargos en la misma.

La pareja contrajo matrimonio civil el 24 de diciembre de 1904 ante el Escribano Silvano Bonnet, según el certificado original que me fuera facilitado por el Dr. Sarramone, y que junto con la Libreta de Reconocimiento Conyugal y demás documentación, serán entregados al Museo Etnográfico y Archivo Histórico "Enrique Squirru" para su pública exhibición.

Aquí el documento:





 LA REPERCUSIÓN EN LOS MEDIOS DE PRENSA
Tanto "El Pueblo" como "El Imparcial" y "El Comercial" dedicaron abundantes columnas para cubrir los detalles de tan impactante ceremonia.

Ecos de la fiesta masónica.
Brillante ceremonia.


"Como anunciamos oportunamente el sábado tuvo lugar la ceremonia de Reconocimiento Conyugal, por los ritos masónicos, del hermano Leopoldo Marchisio con la distinguida señorita María Piazza, hija del hermano Lorenzo Piazza.
El salón de la Filantrópica, lujosamente adornado con los matices de azul y blanco, símbolo de pureza y esplendor, se hallaba para las ocho, repleto de selecta concurrencia, ávida de contemplar una fiesta tan característica, como nueva en esta ciudad.
Un grandioso foco eléctrico alumbraba el zaguán y vestíbulo; el templo improvisado estaba así mismo profusamente alumbrado por los fulgerentes (sic.) rayos desplegados por tres focos de 800 bujías del alumbrado que suministra el señor Brumana, los que disipando por completo los mas mínimos vestigios de oscuridad dejaba el salón como en pleno día.
En los muros se veían, entre colgaduras y cuadros de masones celebres las siguientes máximas, que revelan la pulcra moral que encierra la franc-masonería:

“Ciencia, Justicia y Trabajo. Indisoluble fraternidad de la vida social.”

“La sociedad se regenerará por la educación sólida de la mujer, para que sea institutriz - madre y madre – institutriz.”

“Organiza y perfecciona tu hogar.”

“El ideal social de la franc-masonería consiste en educar al hombre, y por hombre a los pueblos.”

El solo examen detenido de esas máximas de pura enseñanza nos hicieron sumamente simpático el orden de la ceremonia que íbamos a presenciar, pues ellas tan sencillas en sí, encierran el hermoso pensamiento de una fraternidad universal, que transformando la marcha de los pueblos los convertiría en una grandiosa y única familia.
Se hallaba ya repleto el salón de concurrencia profana, cuando entraron los hermanos, formando dos columnas. Llevaban todos la espada en la mano y calzaban guantes blancos, obtentando (sic.) también las insignias y condecoraciones de la orden, e iban precedidos de los hermanos Felix Piazza y Marino Marchisio que ejercían de Gran Experto y Maestro de Ceremonias, respectivamente, cerrando las columnas los hermanos primero y segundo vigilantes, señores Motti y Barón.
Con los selectos acordes de preciosa marcha entran al salón el Hermano Venerable que lo era el señor Aquiles Pouyssegur, precedido del hermano Cristobó que enarbolaba el estandarte azul, símbolo de la franc-masonería, y detrás el hermano Santiago Piazza con la espada al brazo como guardando el orden; servían de escolta al Venerable Maestro, los delegados de las Logias de Coronel Suárez y Arroyo Corto y el señor Keller, quienes ocuparon asiento a ambos lados del Venerable, haciéndole los honores correspondientes.
Al entrar el Venerable y comitiva, los hermanos que ocupaban las columnas levantaron las espadas que poco a poco iban elevando a medida que avanzaba la comitiva.
Al ocupar su sitio el Venerable, dio un golpe y cesó la música. Enseguida dirigiéndose al público dijo que la franc-masonería abre las puertas de sus templos a todas las creencias siempre que vayan acompañadas de sanas y honestas aspiraciones, protegiéndose en su seno de fraternidad para sembrar verdades científicas. Después de dar las gracias a la concurrencia profana por haber ido a oír la palabra humilde pero sincera de la franc-masonería, invita a los hermanos a aclamar a la Masonería Argentina, con las palabras que vienen a reasumir todas las humanas aspiraciones: Ciencia – Justicia -  Trabajo, hermosa trilogía que en oposición a la dogmática y absurda Trinidad, reasume los más grandes ideales de los pensadores modernos.
El hermano primer Vigilante, comunica que en el vestíbulo se halla el hermano Leopoldo Marchisio acompañado de una mujer de bondadoso aspecto con quien acaba de unirse en matrimonio, según las leyes del Estado y que solicitan ambos la protección de la franc-masonería.
El Venerable ordena a los hermanos Gran Experto y Maestro de Ceremonias, que conduzcan a la pareja, mientras el 2° Experto enciende las luces que adornan la mesa del reconocimiento y levanta el velo que la cubre.
Bajo las melodiosas notas de una marcha nupcial aparecen  los esposos, acompañados del cortejo y precedidos por el Gran Experto y Maestro de Ceremonias. El esposo viste de negro con guantes y corbata blanca; ella ostenta un precioso traje blanco de gasa con rico velo adornado con flores de azahar, símbolo de castidad y pureza. 
El Venerable con frases encomiásticas hace una preciosa apología del amor como fuente de vida, deleite y goce del alma.
Después de tomar asiento los esposos en los sillones de honor que se les ha destinado y sentado así mismo el cortejo, los esposos, contestando a las frases del Venerable Maestro se comprometen a formar una sociedad conyugal sobre la base del Amor y Justicia, que conducen a la fraternidad solidaria de todos los hombres; así como a educar a los hijos como elementos útiles para el mejoramiento de la Sociedad Civil y a serles posible en la Ciencia, Justicia y Trabajo. 
Los acordes de un precioso Himno de Amor llenan los ámbitos del salón cuyas notas van apagándose suavemente, dejando una hermosa impresión de alegría y felicidad espirituales.
Por orden del Venerable, el Porta–Estandarte ampara bajo las insignias distintivas de la Logia “Estrella del Sud” a los esposos en señal de protección.
El Hermano Experto coloca a la cintura de los esposos el cordón conyugal, simbolizando que su existencia debe ser una sola; luego entrega al esposo el anillo, quien, poniéndose de pie, lo coloca en el dedo de la esposa como consagración de la afinidad de sus almas unidas, por el fuego del amor. Les entrega una varita de cristal, símbolo de la justicia, que como esposos y padres deben realizar  para con la familia, proyectándola a los hijos.
Por orden del Venerable, el Experto vuelve a tomar la varita de cristal y la rompe a la vista de los esposos, para demostrarles que es muy fácil desarmonizar esa afinidad, que debe reinar entre los esposos, desmoronándose con tal desarmonía el edificio de la justicia, reinando, en consecuencia, el desorden y la discordia. Les ofrece una copa de vino al esposo y otra de agua a la esposa, quienes vacían sus contenidos en una tercera copa, significando que en el hogar deben fusionarse los caracteres, ideas y sentimientos para que por herencia y educación el hijo resulte la unidad armónica de sus mejores cualidades. Enseguida les sustituye el cordón conyugal por el de adhesión que ceñido al cuello de los esposos simboliza el lazo que los unirá a la institución masónica.
Los hermanos forman la cadena de unión que significa que todos los seres deben ser como eslabones de una sola cadena compuesta por la humanidad entera. El Venerable Maestro advierte que la cadena esta rota por la falta de un eslabón viviente, quedando con tal motivo rota la armonía universal por culpa del esposo que está retenido por los encantos de la mujer amada.
El Venerable pide al esposo que haga la defensa de la amante esposa, quien lo hace con sumo acierto y ella para demostrar que es digan de la defensa une las manos del esposo a los eslabones rotos de la cadena quedando por tanto reconstruida la armonía universal que constituye la cadena de unión. El Venerable le recomienda que sea siempre la inspiración de su amante esposo para que nunca rompa los eslabones de la fraternidad humana, prometiéndole, al mismo tiempo, que si fuera él quien rebajara el vínculo contraído, la franc-masonería lo llamaría al orden devolviéndolo más bueno que nunca ó renegaría de él para siempre.
Conducida nuevamente la esposa a su asiento por el Porta–estandarte, el Venerable ordena que dé el abrazo fraternal al hermano Leopoldo Marchisio para que él lo pase a la esposa nueva hermana. Los hermanos levantan las espadas ofreciéndoles protección, besando la hoja de las mismas como fiel cumplimiento de lo ofrecido. 
El Venerable entrega a la esposa una canastita con flores y fruta en testimonio de afecto y anhelo de felicidad.
Con los acordes de hermoso himno los esposos son conducidos a sus asientos en medio de una lluvia de flores que matizan el camino, embalsamando el ambiente.
El Venerable Maestro invita al hermano Orador a que de su opinión tomando la palabra el Dr. Ricardo Berdier, quien es un extenso y bien sentido discurso, sintetizó los más notables ideales que persigue la franc-masonería, fecunda en elementos de progreso humano y fraternidad.
En el Templo de la Masonería no figuran santos, altares, ni fetiches, puesto que la verdad exige solo en las conciencias, en ellos se adora la ciencia como rayo de luz vivificadora penetrando en los recónditos ámbitos del estudio para con ellos descubrir nuevos elementos de acceso a la amplia vía del Progreso que conduce a la Emancipación de la humanidad desligándose de viejos prejuicios que interceptan la marcha de la Libertad. Siendo la mujer quien tiene a su cargo la educación de los hijos a quienes amolda a sus sentimientos, por eso la Masonería procura su educación con el fin de que forme hombres aptos para el desenvolvimiento de la Ciencia, la Justicia y el Trabajo. Fue varias veces interrumpido por los nutridos aplausos de la concurrencia.
Hizo uso de la palabra uno de los delegados de Coronel Suárez, quien fue así mismo muy aplaudido y en especial al expresar la paradoja del misterio masónico que dijo ser el misterio que descubría el Alquimista al conquistar un nuevo cuerpo por la unión de otros varios, el de los que arrancan a la Naturaleza para ensanchar día a día los dominios de la ciencia y el de derretir los hielos polares al calor del aliento de la humanidad trabajadora.
En fin, ambos discursos fueron dignos de admiración por lo bien pensados y por la coordinación de conceptos a cuál más elevado de la verdadera conciencia humana.
La esposa, tomando de manos del Venerable Maestro el saco de beneficencia y acompañada del esposo recibía el óbolo, que siempre que se reúnen los masones depositan para alivio del desvalido, el que retribuía con un ramito de aromáticas flores como prueba de la felicidad que se siente con la práctica de las virtudes. Mientras tanto dos de los hermanos repartían también entre la concurrencia profana hermosos ramitos.
Terminó el acto a los acordes de una preciosa marcha triunfal.
La concurrencia se retiró completamente emocionada por la ceremonia y llevando gratas impresiones de la misma."

(Diario “El Comercial”, 26 de diciembre de 1904)

PALABRAS DEL ORADOR, DR. RICARDO BERDIER

"Señoras, señores:

Acábase de realizar un acto de trascendental importancia, acábase de reconocer conforme a nuestros rituales la unión conyugal de uno de nuestros hermanos en la lucha  cotidiana, en que esta empeñada la franc-masonería universal. Este acto solemne que acabáis de presenciar aunque no presentado al público con toda la magnificencia que merece, es de un alto significado moral. La masonería argentina en la persona de uno de sus modestos talleres de trabajo, abre sus puertas veladas al profano, descorre sus cortinas y os presenta los misterios de sus templos, probablemente atónitos investigáis con la mirada sus muros y rincones, creyendo encontraros rodeados de misterios y fetiches, y sorprendidos notáis que no hay tronos ni hay altares, que el sol, la luna y las estrellas son elementos de vida, que el compás y la escuadra son elementos de trabajo, y que en nuestras filas encontráis a vuestros padres, esposos, hermanos y amigos, que si tenemos signos y condecoraciones, que si usamos un lenguaje ad hoc, si nos llamamos hermanos, todo esto no es sino una forma de organización y que este simbolismo que dirige y reina en todos nuestros actos, es la representación objetiva de nuestras ideas y nuestros propósitos.
Conservamos aun hoy la secular organización de nuestros predecesores, somos obreros de una misma causa, y trabajamos constantemente unidos por el perfeccionamiento individual y colectivo de las sociedades.
Vosotros diréis quizás que trabajamos a puerta cerrada, que ocultamos nuestros propósitos y nuestros procedimientos, que el mundo profano, no tiene derecho de pasar los umbrales de nuestro templo, y por lo tanto que no puede juzgarnos.
Pero, señores, la clausura de nuestro recinto, el ocultismo de nuestros procedimientos, es solamente relativo. Nuestros actos y resoluciones se exteriorizan llegado el caso, y se manifiestan como tenéis ocasión de comprobarlo en este momento, en la celebración de esta fiesta de luz y de armonía, la más significativa de nuestros propósitos, donde os son revelados nuestros principios morales y sociales y las proyecciones que para la franc-masonería tiene el matrimonio para el porvenir y el progreso de las sociedades. En todo orden de ideas, la acción de la masonería ha hecho sentir su influencia en la historia de la humanidad y son sus frutos más preciados y valiosos los acontecimientos más grandes y decisivos del progreso humano. Ahí esta la Revolución Francesa y la epopeya argentina de la Revolución de Mayo. 
En nuestros talleres se trabaja sin tregua y no hay grano de arena despreciable, los modestos obreros y los grandes, el ignorante y el sabio fraternizan bajo el mismo techo y levantan poco a poco los torreones que sirvan de valuarte y de guía a la investigación siempre incesante de las verdades naturales y científicas.
A diferencia de las religiones sacerdotales cuyos misterios están en el dogma, y donde la fe ciega e inexplicable a la sana razón, sostiene el edificio todo, nuestros misterios son los fenómenos naturales que escapan aun a la razón científica y a cuya resolución dedica sus esfuerzos la franc-masonería.
La franc-masonería acepta, pues las verdades demostradas por la ciencia, que es la única fuente donde pueden beber los hombres que se precien de ocupar el puesto que les corresponde en la escala de los seres. Nuestra fe es la fe científica que nos deslumbra con  sus descubrimientos asombrosos, nuestra esperanza es la esperanza de ver realizadas en la práctica las verdades adquiridas por el esfuerzo de todas las voluntades, libres del prejuicio y de la rémora de los sofisticadores eternos de la humanidad.
Por eso jóvenes esposos, la masonería os abre los brazos para recogeros en su seno y juraros protección para vosotros y vuestros hijos.
Y vos, noble señora, que habéis tenido el valor moral suficiente para afrontar la critica de la sociedad actual, llena aun de los viejos resabios y falsos prejuicios de épocas de oscuridad y retroceso, regocijaos de haber llegado a nuestro templo, y demostrado públicamente que sois digna esposa del hermano que comparte con nosotros nuestro anhelos y esperanzas por el progreso y la felicidad humana. Sois digna esposa de francmasón; comenzáis la ruta y dais el primer paso con la energía y la fe en nuestra causa,  cobijandoos  bajo el pabellón azul de la Masonería en cuyos pliegos penetra la luz, de cuyas insignias emerge la luz, conquistada por la ciencia y el trabajo. 
Este es el primer paso, es la iniciación de vuestro espíritu en las ideas y practicas de la verdad. Rompéis en este momento la cadena de prejuicios que os ataba a vuestras amigas, a vuestro círculo social, y demostráis en este acto cuan fácil es romper esos ficticios lagos de moral convencional, cuan hermoso es poder unirse al hombre amado bajo la ley del Estado y penetrando en el templo donde vuestro esposo estudia y trabaja, sentir las palpitaciones de sus hermanos en la idea, recibir sus plácemes e himnos de regocijo, sus votos de felicidad. Henchida el alma de las buenas ideas, sabéis ahora que para ser buena esposa y digna madre no habéis menester doblar la rodilla e inclinar la cabeza  ante imágenes y cirios, y recibir la consagración de vuestro himeneo por una religión que tolera la unión sexual en el matrimonio, pero que hace la apología de la castidad y la esterilidad del claustro. 
El amor es la vida, el amor es más fuerte que la muerte. No hay ley ni rito que pueda oponerse a su empuje vibrante, avasallador. Se aman las flores aromatizando el aire, exhibiendo a la luz del sol radiante sus galas y colores, esparciendo el polen vivificador, ama el insecto muriendo al dar la vida,  y el hombre el más inteligente de los mamíferos, ofrece en su holocausto sus mejores energías, vibran las cuerdas más sonoras de su alma, canta y llora, es poeta y es artista.
Pero el amor como todos los sentimientos humanos ha evolucionado en el hombre a medida que las instituciones sociales han sufrido la reforma y se han adaptado al modus vivendi determinado por el progreso incesante de las sociedades civilizadas. El amor ha sido el factor más importante de la civilización, la cuna de la familia y el origen de la vida en sociedad.
Enormes evoluciones ha sufrido a través de los siglos. De la poliandria de las tribus primitivas a la poligamia de los bárbaros, y de esta a la monogamia de las naciones civilizadas, cuantas evoluciones progresivas no ha sufrido el matrimonio!
En las sociedades primitivas, el rapto y la captura eran erigidos como ley suprema del más fuerte. Mas adelante el derecho de propiedad de los padres sobre las hijas da origen al matrimonio por servidumbre y por venta. Cuando el pretendiente era pobre y no tenía los medios de adquirir una mujer se enganchaba en casa de los padres para servirles durante un tiempo determinado de años y pagar con el producto de su trabajo, con la pesca y con la caza, el precio estipulado.
La Biblia nos refiere que Jacob se puso al servicio de Laban durante 14 años para tener derecho de casarse con sus hijas Lía y Raquel.
En la Roma antigua, a pesar de la variabilidad de las formas de matrimonio según la posición de los contrayentes la sujeción y la esclavitud de la mujer no es menos evidente que entre los bárbaros.
La intervención del cristianismo no mejoró tampoco su situación, y la mujer que comenzó por ser la esclava sumisa, y fue considerada como propiedad negociable en las sociedades primitivas, continuó arrastrando la cadena de la esclavitud y la servidumbre; el matrimonio fue considerado como un sacramento con fines espirituales y místicos y no como la unión amorosa de dos seres, jóvenes y fuertes, aptos para la propagación de la especie y el mejoramiento de la sociedad.
El matrimonio actual ha perdido poco a poco sus resabios de esclavitud y servidumbre, y seguirá evolucionando, no hay duda, hacia una forma más justa y razonable. El divorcio establecido con ciertas restricciones en algunos países europeos evolucionará también, perfeccionándose, hasta que, en época más o menos lejana, armonizando aspiraciones lejitimas (sic.), el matrimonio sea un contrato social como cualquier otro.
Señores:
El mundo marcha, la evolución prosigue su camino. La verdad cual antorcha luminosa, rasga las tinieblas, y la luz de la ciencia, penetrando los fenómenos naturales, escudriñándolos minuciosamente, va desmoronando trozo por trozo el vetusto edificio que la ignorancia de las masas y el misticismo de las religiones habían levantado para afrenta de la civilización. La mujer, nuestra emula y amiga, el vaso sagrado de nuestros más puros sentimientos, la compañera de nuestros goces e infortunios, relegada al olvido y la impotencia, dominada por todas las tiranías, la mujer es todavía la última en romper la valla y levantar la voz en el concierto universal.
Ella, que es la institutriz y la madre, que reina soberana en el hogar, ella, debe merecernos la dedicación mas intelijente (sic.). Eduquémosla, pues, e instruyámosla para placer nuestro y para mejoramiento de la especia. El niño hereda las cualidades mejores de la madre, el niño bebe sus primeras nociones al calor de su pecho, y va haciendo acopio de impresiones desde sus primeros mese. Su inteligencia como una placa fotográfica indeleble se enriquece lentamente; los ojos y el oído son puertas preciosas por donde las imajenes (sic) entran y se fijan en su cerebro, y cuando el niño es hombre, aquella cera blanda que se había plegado a la presión más simple, lleva ya en si la materia prima de su desarrollo ulterior.
Si el rol de la mujer es tan trascendente, señores, lógico es que deseemos para ella la instrucción más amplia. Por ella, por la madre, la evolución de la sociedad hacia su perfectibilidad, hacia la mayor suma de ventura se realizará fácilmente. Ella tiene la capacidad cerebral necesaria para un amplio desarrollo y si por egoísmo la consideramos menos apta, es por que no la hemos preparado, ni desarrollado sus facultades intelectuales.
¡Y bien señores: la madre que sabe ser institutriz y la institutriz que sabe ser madre esa es la Eva creadora, glorificada por la ciencia; esa, la Eva redentora de las herencias y los atavismos, la Eva reverenciada por la humanidad; esa es la Eva tipo ideal de la Esposa, a la que la franc-masonería le consagra, por esta ceremonia, digna apoteosis!
¡Yo también, venerable maestro, como guardián de los libros de oro de nuestra orden, saludo a la noble y simpática pareja, que ha venido a prometernos frutos de selección para la ciencia, para la justicia y para el trabajo humanos!”
Después del doctor Berdier, el delegado de Coronel Suárez señor Chevalier, leyó también un conceptuoso discurso. 

La ceremonia terminó con una recolecta entre los miembros de la Logia que se destinará a obras de caridad. Al compás de la marcha nupcial se retiraron los esposos del salón, acariciados por una lluvia de flores. Los “hermanos” abandonan el recinto, esclamando (sic.) ¡Ciencia, Justicia y Trabajo!"

(Diario “El Imparcial”, 27 de diciembre de 1904)


                                     



La contrayente, Sra. María Piazza de Marchisio


LA LIBRETA DE RECONOCIMIENTO CONYUGAL

En cuanto a este valioso documento, posee un formato de 13 por 21 cms. y se encuentra en muy buen estado de conservación, bellamente encuadernado en cuero color claro, con letras estampadas en dorado. Consta de 53 páginas numeradas.




En el inicio encontramos esta dedicatoria:
“A María Piazza. La consagración de su matrimonio bajo los auspicios de luces de verdad, de justicia y de amor efectivo hacia la humanidad, es prenda cierta de que esa unión encontrará en las dificultades y arideces de la vida, fuerza bastante para sobrellevarlas en esas fuentes inagotables de la única felicidad posible que es la satisfacción de haber cumplido el deber aceptado. LA ESTRELLA DEL SUD”. 





Siguen las firmas de varios de los asistentes.




A continuación se encuentra la partitura de un Himno cuya música pertenece al maestro J.E. Bulterini (págs. 1 a 4). Luego el texto completo del Ritual de Reconocimiento Conyugal (Tenida Blanca) para el Oriente Argentino (Buenos Aires, Imprenta Industrial, 1902) aprobado por el Soberano Gran Comendador Emilio Gouchon y el Gran Secretario General José A. Casas.


LAS FIRMAS EN LA LIBRETA

La suscriben, en la medida en que me ha sido posible identificarlas,las siguientes personas: Aquiles Pouyssegur; Emilio Brasq; Alberto Morri (Grado 18, Venerable de la Respetable Logia Abnegación de Coronel Suárez; Didier Le Chevalier de la Sauzaye; Ricardo Berdier; Enrique Baron; Esteban Marquestau; Santiago Piazza; Constantino Rey; Félix Piazza; Ambrosio Motti; Angel Brumana; Adrián Loustau; Cayetano Viciconte; Carlos Montes; Marino Marchisio; Lorenzo Piazza; Juan B. Italiani; Gumersindo Cristobó y Antonio Solans.

ESTEBAN MARQUESTAU (n. 1857)
Nacido en Francia, casó en esta ciudad el 20 de septiembre de 1877 con Doña María Chrestia, natural del Azul, hija. de D. Rafael Chrestia y de Da. Francisca Maumus, naturales de Francia. Integró la Comisión Municipal de Higiene en 1887. Hacendado, propietario de la Estancia La Clotilde en el Partido de Azul.
Cuenta Yuyú Guzmán que Esteban fue uno de los primeros dueños de automóviles en esta localidad, un De Dion- Buton de origen francés con el cual, junto con el pionero del automovilismo argentino Juan Cassoulet y el Sr. Jofré, protagonizaron un comentado raid, que unió Buenos Aires con Bahía Blanca allá por 1915 (o 1905 según otras fuentes), a campo traviesa y orientándose con una brújula.
Ostentaba el grado de Maestro Masón, aunque no he hallado constancias de la Logia en la que fuera iniciado.
Uno de sus hijos, Alejandro Severo, fue un reconocido ingeniero formado en Estados Unidos, Francia e Inglaterra. A su regreso del extranjero cumplió importantes funciones en la Municipalidad de Buenos Aires.
Mi agradecimiento a las familias Carús-Marquestau por la información proporcionada.

CAYETANO VICICONTE
Según los registros de la Logia, era italiano, católico, agricultor. Iniciado en “La Estrella del Sud” en 1888.En 1892 integraba la Sociedad Italiana “Garibaldi”.Fue además propietario de un almacén.

DIDIER LE CHEVALIER DE LA SAUSAYE (m.1931)

Hemos visto que fue uno de los invitados especiales a la ceremonia de reconocimiento conyugal masónico Piazza-Marchisio, en la cual hizo uso de la palabra.
Entre 1900 y 1903 fue director de una Escuela en la Colonia 3 de Coronel Suárez. Había nacido en Pons (Charante Maritime- Francia) y fue educado como alumno pupilo en un colegio jesuita de Poitiers. A mediados de la década de 1890 emigró a Uruguay, donde fue Secretario del Consulado francés en Montevideo. Poco tiempo después, se radicó en Mendoza (Capital) donde conoció a Jeanne Claudine Clement (nacida en Macon-Borgoña), con quien tuvo dos hijos, Fernando nacido en 1899 y Máximo  quien nació en Cnel. Suárez el 05-04-1903.
En 1903 ó 4, se radicó con su familia en Buenos Aires, donde fue docente toda su vida. En sus últimos años fue Inspector de la Alianza Francesa de Buenos Aires y viajaba mucho por todo el país. Murió súbitamente en un tren volviendo de Bahía Blanca a Buenos Aires en 1931.



Amable información aportada por su nieto de igual nombre, prestigioso médico forense del Poder Judicial de Río Negro.